Arranca la temporada de cangrejos con nueva normativa
El número de reteles se amplía hasta 20 y su tamaño puede alcanzar los 50 centímetros de diámetro, aunque todos deberán portar la tarjeta de identificación y estar colocados en 100 metros.
Nuevo cambio de normativa en la pesca del cangrejo rojo, especie cuya temporada de pesca se extiende entre el 3 de junio y el 31 de diciembre, ambos inclusive. Al objeto de reducir su presencia en los ríos, la Consejería de Medio Ambiente ha vuelto a ‘abrir la mano’ y a facilitar la captura de este crustáceo portador de la afonomicosis, enfermedad que reside en un hongo y a la que se ha hecho resistente nuestro actual protagonista, no así nuestro cangrejo de río común, prácticamente extinguido como consecuencia de esta enfermedad.
Por ello, la nueva normativa para la pesca del cangrejo rojo establece hasta 20 el número máximo de reteles que se podrán utilizar por pescador, aunque no podrán ser colocados en un espacio superior de 100 metros. Asimismo, el diámetro de los reteles pasa de 42 a 50 centímetros, pero todos ellos deberán estar identificados con una tarjeta en la que figuren los datos del pescador al que pertenecen.
Como en los últimos años, será necesario sacrificar los cangrejos antes de abandonar la zona de pesca. Asimismo, tampoco hay límite en el número de capturas ni talla mínima; y en cuanto al cebo a utilizar, deberá ser cebo muerto, también se permiten trozos de pescado. Lo que no está permitido es utilizar cebo de especies exóticas, por ejemplo trozos de carpa, lucio, etc.
Una pesca sencilla
Su instinto devorador hace que no sea demasiado selectivo, pues unos simples trozos de pescado o unos pedazos de pollo, serán lo suficientemente tentadores como para dejarse engañar.
Sobre artes y técnicas de pesca autorizadas, estas se limita ahora al retel, nasa provista de una base plomada para insertar el cebo y de dos o tres arillos encargados de extender la pequeña red cuando se tira de la cuerda a la que se haya unido el aro superior.
Una de las consideraciones a tener en cuenta para lograr una mayor efectividad, es que el retel se encuentre perfectamente asentado sobre el lecho del río, pues en caso contrario intentará acceder al cebo desde el exterior. Para su colocación se emplea un palo de unos dos metros y medio de longitud, cuanto más ligero y firme sea mejor. Estará acabado en una horquilla que será la encargada de hacer de guía de la cuerda. Tanto la echada como la levantada debe ser sigilosa y rápida si no queremos ahuyentar a los cangrejos que se sitúen en las inmediaciones. Los lugares más adecuados son aquellas zonas del río cercanas a juncos o paredes del cauce y que sirven de refugio a los cangrejos.
Al tratarse de un animal con gran actividad durante la noche, los momentos más óptimos para su pesca suelen coincidir con las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde.
En el plato, mejor
Pero sin duda, lo más preciado del cangrejo para el pescador está lejos del río. Su mejor lugar se encuentra en la mesa. En salsa de tomate, con arroz caldoso, o simplemente cocidos o al ajillo, regados con un vino blanco, son un plato exquisito.
Portador de la afanomicosis
Demostrada más que suficiente su adaptación a cualquier hábitat acuático, el cangrejo rojo, cangrejo de las marismas, o cangrejo americano (procamburus clarkii), a buen seguro colmará en unos días muchos paladares, aunque en ningún caso como lo hizo nuestro cangrejo autóctono, desaparecido de las aguas salmantinas como consecuencia de la afanomicosis,
Sin cupo ni talla mínima, ni la sequía, ha facilitado el duelo que la Administración y muchos pescadores protagonizan cada temporada contra este proscrito llegado de las ‘américas’. El cangrejo rojo continúa resistiendo todos los envites sin que la mayoría se percate de que es el alimento de otras especies que se sitúan un eslabón por encima en esa cadena trófica.